El ex comisario dijo que la dictadura sirvió para combatir "a un enemigo demoníaco"

El ex comisario Miguel Etchecolatz, retirado de la Policía Bonaerense, admitió haber amenazado a un grupo de jóvenes a punta de pistola, pero dijo que lo hizo para "defenderse de sus agresiones". Fue en la primera jornada del juicio oral y público en el que está acusado de "amenaza de muerte" e "intimidación pública". El comisario retirado aprovechó para reivindicar su accionar durante la dictadura militar, al afirmar que "lo único que hice fue combatir a ese enemigo demoníaco que fue la subversión marxista". 

El proceso oral y público contra Etchecolatz comenzó hoy por un hecho ocurrido el 9 de enero de 1999, cuando el comisario retirado amenazó con una pistola a un grupo de jóvenes en la Plaza Monseñor de Andrea en Barrio Norte de esta Capital, entre los que se encontraban Roberto Samar y Fernando Coppola, quienes son parte querellante en el juicio. 

Al prestar declaración, Etchecolatz dijo que cuando el grupo de jóvenes advirtió su presencia en esa plaza, "me hostigaron" al grito de "asesino", "me tomaron de los brazos durante 15 o 20 minutos", luego de lo cual "me arrojaron huevazos". "No fue uno sino varios, no se si eran de gallina o avestruz, pero lo cierto es que tenían buena puntería ya que quedé hecho un panqueque", manifestó el ex represor. Para defenderse, argumentó, extrajo una pistola, que según los querellantes era de "aire comprimido", "para disuadirlos y poner fin a las agresiones", según publica el portal Actualidad Bonaerense.

Etchecolatz aprovechó la ocasión para defender, además, sus actividades durante la represión, al afirmar que "la policía es un sacerdocio" y que desde esa fuerza "defendía a la Patria contra esa manga de vandálicos que quisieron poner la bandera roja. Lo único que quieren es que yo vaya preso y por eso me provocan para hacerme reaccionar", dijo, en referencia a una condena anterior a tres años de prisión en suspenso, por calumnias contra el diputado Alfredo Bravo. Si se lo condena nuevamente, Etchecolatz deberá ir a prisión. 

Durante la audiencia, el imputado pidió al tribunal unipersonal que lo juzga, a cargo del juez Omar Fasciutto, que ordenara el desalojo de Bravo, quien se encontraba entre el público para seguir el desarrollo del juicio. "Me presiona" y "me inhibe" fueron los argumentos de Etchecolatz, que luego fueron rechazados por el magistrado. Otro incidente se suscitó cuando el abogado del acusado, Adolfo Casabal Elía, le pidió al magistrado que le hiciera quitar el pañuelo blanco a tres "Madres de Plaza de Mayo", que también se encontraban entre el público. El letrado recordó que en el juicio a las Juntas Militares, la Cámara Federal había ordenado que las mujeres se quitaran los pañuelos para presenciar las audiencias. Asimismo, Etchecolatz afirmó que las madres van con esa indumentaria para "presionar" a los jueces, a lo que Fasciutto respondió que "en los 42 años que llevo en la justicia, nunca sufrí amedrentamientos ni los voy a tolerar", por lo que no hizo lugar a la inusual petición de la defensa. 

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